sábado, 13 de octubre de 2018

Trastornos del sueño II

No seguimos el esquema propuesto por el Dr. Manuel Vides Rosales porque para mí el trastorno más frecuente y angustiante para los padres.

Los que ejercemos ya desde hace muchos años nos damos cuente de ello, nuestra percepción puede ser porque los padres llegan preocupados por: 1-¿Mi hijo está loco? 2-¿Es un problema grave?, 3-¿Se cura?, 4-¿Deja daño en su mente?, 5-¿Es objeto de abuso? todas esas preguntas y las que lo preocupan tenemos que contestarlas para su alivio de la preocupación.

Diagnóstico: historia clara y precisa de en que momento se presenta, el niño recuerda el episodio o no lo recuerda, describir al niño cuando sucede se sienta con los ojos abiertos gritando cuando ya ha pasado algunas horas de sueño, habla incoherencias o se queja de algo, responde a nuestras preguntas eso no lo hacen, solo gritan, no tenemos EEG u otros estudios que hacer pienso que una buena historia disminuyen los costos y el tiempo del diagnóstico, pero por sobre todo las icomodiades que podemos hacer pasar al niño y a los padres.

Solo que el diagnóstico no sea preciso hacer estudios que jamás van a sustituir a una buena historia.

Se puede confundir con las pesadillas en estas el niño recuerda que estaba soñando y lo que lo asustó, en el momento que suceden el niño se despierta y no reconoce, lo que no ocurre en el terror nocturno.

Debemos diferenciarlos de las convulsiones que suceden durante la noche cuando tengamos duda el EEG nos saca de dudas si fuer mucho la confusión podemos hacer el EEG continuo de para descartar completamente nuestras dudas, recordemos que aún las epilepsias refractarias que no responden a los medicamentos podemos recurrir a la cirugía para su tratamiento.

Hay otros trastornos del sueño pero veremos si tenemos oportunidad par discutirlos.

El tratamiento es sencillo: No es nada grave y no dejará ninguna secuela desaparecen con los años, en ese momento abrazar a su hijo amorosamente y en pocos minutos terminará, el ni siquiera lo recuerda, no son signos de abuso pero pueden estar asociados con mucha actividad o situaciones de mucha emoción, o ingesta de muchas calorías como dulces u otras golosinas.

Santa Ana 13 de Octubre del 2018.

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