domingo, 13 de octubre de 2013

El Abuso deja una huella imborrable.

Se trata de una niña de 4 años que según la madre fue abusado por el padrastro de la mamá y que ella decide denunciar el abuso, por esa razón la trae a consulta a la emergencia, encontramos a la madre llorando y sintiéndose muy afectada, nos confiesa que en el momento que se da cuenta su primera intensión es matar al padrastro, para lo cual toma un cuchillo, con toda la intensión de acabar con la vida de él, esta actitud no me ha extrañado ya que cualquier madre en su caso puede hacer lo mismo, nos confiesa que su gran problema es que la abuela le ha dicho que si llevan al agresor preso ella se quitará la vida.

Esto lógicamente la coloca con la espalda contra la pared ya que ella afirma que su mamá es muy capaz de hacerlo y no quiere llevar en su conciencia la muerte de su mamá, el agresor se dio a la fuga avisado por la abuela, le explicamos que ella no es culpable de lo que ocurra al agresor, la abuela le ha dicho que como padece de diabetes si va a la cárcel se va a morir y lo que más aflige a la abuela es la ley de la cárcel. Esta ley es que todo abusador de un menor  es abusado sexualmente y eso mataría al agresor; le dijimos que el agresor sabe a qué atenerse por su delito y que no es su culpa, que bien merecido se lo tiene, la madre se encuentra fuera de control, le preguntamos a que confesión religiosa pertenecía y nos dice a la católica, pensamos en ese momento recurrir a un sacerdote para el manejo de la crisis.

La Lic. De trabajo Social nos informa que la madre fue un caso nuestro hace aproximadamente 2 años de un niño que se quemó la mano, pero que el padre acusaba a la madre de mandarlo a robar  y por eso el niño quedo con la custodia del papá, esto habla mal de la madre y la abuela en esa ocasión estuvo en contra  de la madre, pero viendo fríamente el caso en este momento la madre ha hecho una labor de mamá muy buena.
Al profundizar con el interrogatorio de la mamá relata que de niña fue abusada por el mismo agresor y al ver agredida a su hija le recordó su trauma, acá se nos explica la conducta agresiva de la madre y el deseo de matarlo, en ese tiempo la madre no quiso creer o prefirió al agresor, podemos ver que la abuela no es tan santa y que tiene un amor intenso por el agresor y que fue ella la que lo alentó a huir, que mantiene una comunicación constante son esta persona y que de lo que está pasando se lo informa en el momento, no he hablado con ella para que deje de presionar a la hija.

En su conversación con el sacerdote ella se tranquiliza mucho y dice que lo que más quiere es que no le quiten a su hija esto se lo ha dicho la madre y esa es la presión que ella hace para que la madre desista de demandarlo, le dijimos que si en el caso del hijo apoyamos al agresor por su mala actuación en este caso el equipo de Pediatría Social moverá cielo y tierra para luchar por que la niña nunca se la quiten, que en este caso estamos con ella ya que actuó como una madre amorosa y dispuesta a enfrentar todo por su hija.

Espero tener una charla con la abuela para hacerle ver que encubrir al agresor la convierte en cómplice de él que cual fue la razón por no denunciarlo cuando agredió a su hija, que no se queje de la conducta desatinada de su hijo ya que es ella la culpable, si mi madre no me defiende quien me defenderá, que no presione a su hija a desistir de la demanda o la enviaremos a la cárcel por complicidad.


Sana Ana, 12 de octubre de 2013. 

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