Esa palabra acertada, el chiste que no salió de tu boca, la sonrisa amable para quien te molesta, silencio ante la acusación injusta; la bondadosa conversación con los cargantes e inoportunos; el pasar por alto cada día a las personas que conviven contigo un detalle y otro fastidioso e inoportuno ... esto con persistencia si es sólida mortificación interior.
En nuestro día a día el convivir con la familia está lleno de pequeñas molestias que ayudan a templar nuestra personalidad, que si se las ofrecemos a Dios mejorar nuestra relación con Él, seamos inteligentes y con alegría las ofrezcamos, es una fuente inagotable de gracia.
Santa Ana, 4 de Mayo del 2021
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