El Siguiente caso es el último que he tenido que investigar y se los
relataré como llegó a mí, se trata de un niño de 9 años que mañana cumple 10,
el niño fue remitido de “Ciudad Mujer”
por ser referido de la escuela para reconocimiento por medicina forense,
en este sitio todo el tiempo hay forense y representante de fiscalía con la
siguiente historia.
La madre se dio cuenta que el niño sangraba del ano, lo lleva a
consulta a una unidad de salud y de esta es referido al reconocimiento forense
y denuncia fiscal, con la historia de que 4 días previos mientras jugaba en el
recreo se cae golpeándose el ano, luego presenta hemorragia y dolor al caminar,
le encontraron sangramiento rectal y laceración del ano, la forense al hacer el
reconocimiento legal piensa que es sospecha de abuso sexual por lo que es
referido a nuestro hospital para un adecuado tratamiento médico, donde se le practica
recto sigmoidoscopía encontrándose laceración de ano que se continua a mucosa
rectal, descartándose perforación del recto, como es rutina ante la sospecha de
abuso sexual se le inicia terapia para herida de recto y ano con antibióticos y
curaciones locales.
Mi primera impresión fue que la historia clínica no era cierta y que
lo más probable que se trata de una agresión que lo interrogaríamos Psicóloga,
Lic. De Trabajo Social y yo como jefe del comité de Pediatría Social, la Psicóloga le hizo pruebas las que
no arrojaban dudas de que la historia era cierta.
Reunidos este día el Equipo de Pediatría Social en forma privada y a
puerta cerrada le hicimos ver que estábamos para protegerlo, que nuestra
protección abarcaba a su familia y que tuviera la seguridad que así sería,
pero para ello debíamos saber la verdad.
Nos hizo el siguiente relato: Si me caí en la escuela en unos hierros
de una construcción inconclusa, brincando de la pared más alta a la más baja y
se me sembró el hierro, nuestra siguiente pregunta fue vio alguien cuando
sucedió el hecho, nos menciona a 2 niñas de su grado 4º grado, 2 compañeros de
5º grado que fueron loa que me ayudaron a pararme, le dijimos vamos a
entrevistarlos y él dijo háganlo, le dijimos donde están el pantalón y el
calzoncillo que usabas mi mamá los tiene.
Como venos ya con un buen relato de accidente, nos pareció que no
había abuso sexual, lo mandamos a su cama y que se tranquilizara, decidimos
hablar con la madre para corroborar los datos, narra que la escuela tiene 2
profesores la directora y una maestra encargada de cerca de 100 niños, que la
maestra estaba sumamente preocupada por la salud del niño y deseaba conocer la
causa, le preguntamos por el pantalón el cual estaba roto y ella lo tenía
guardado y el calzoncillo estaba roto pero sin sangre ya que el niño lo lavó.
Conclusión:
1.
No hay
abuso sexual y este niño realmente le tenía mucho miedo a que lo internaran,
pero, se sentía culpable por haber desobedecido a la prohibición de los
maestros de no jugar en ese lugar.
2.
Retirar el
tratamiento con retrovirales y continuar con sus curaciones y el apoyo emocional
a la madre y el niño.
3.
Que se
busque la forma de disminuir la carga de trabajo para estas maestras y adecuar
espacios para los juegos.
4.
Que
debemos hacer buenas historias para evitar esfuerzos innecesarios y gasto de
recursos
Cuando entrevistamos al niño estaba rezando el rosario, el arma más
poderosa de los humanos.
Santa Ana, 10 de septiembre de 2014.
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