Siempre pienso que en mi trabajo diario veo telenovelas increíbles les
quiero relatar el siguiente caso en la visita por el servicio de nutrición me
encuentro a una bebé de 2 meses con un peso de 2.8 k lo que debía de pesar al
nacer. Piel pegada a hueso morenita no cianótica cuya carita me recuerda a una
Trisomía 21, me cuenta la madre que ya ha estado ingresada en el HNBB y que le
han diagnosticado Hipotiroidismo, le dan tratamiento con Levo tiroxina, pero
que además presenta una cardiopatía congénita compleja, pensé en ese momento
¿Qué podemos hacer por ella? Me sentí desarmado ante este caso, con deseo de
colocar como indicación no código si presenta paro cardíaco.
Luego me dicen que tiene riesgo social ya que le niña no está inscrita
como ciudadana, la madre nos cuenta: yo soy casada con un hombre que no es el
padre biológico de la niña y no la puedo inscribir como hija del padre
verdadero porque en mi documento único de Identidad (DUI) estoy como casad,
tengo otro niño de 6 años que si es hijo de mi esposo, el se fue a otro país
pero yo no me divorcié de él, según la ley es el padre de la niña por no haber
disuelto el vínculo legal. La solución hubiera sido fácil si ella no hubiese
tratado de inscribirla como hija del padre solo como de ella y posteriormente
hacer el reconocimiento del padre biológico.
Pero ver a esa madre que contra toda esperanza desea cuidar a su hija,
conmueve y llama a la reflexión, haremos todo lo posible para que la niña este
con todos los cuidados que debe tener, continuar con todos los controles de HNBB
y las nuestros al momento ya ha comenzad a ganar de peso y la madre le da pecho
complementado con formula.
Comparto esta experiencia porque me ha hecho cambiar mi enfoque y pensar
que es el altísimo el que tiene la última palabra.
Santa Ana, 22 de septiembre de 2015.